Mujeres que trabajan
Cuando vi Les bonnes femmes (Claude Chabrol, 1960), después de haber leído los comentarios de Matthew Weiner sobre la influencia de esta película para con la creación de Mad Men advertí que el showrunner había captado la esencia de la película francesa para luego trasmitirla a sus personajes femeninos.
Les bonnes femmes trata sobre cuatro jóvenes mujeres que trabajan en un negocio de electrodomésticos e iluminación en París. Se las nota aburridas, anhelando algo que no tienen pero no saben cómo conseguirlo, están atravesadas por el paso del tiempo, el deseo de belleza y juventud eterna, la soltería y el compromiso, pero sobre todo por el deseo de amor. Estas buenas mujeres son: Jacqueline (Clotilde Joano), Jane (Bernardette Lafont), Rita (Lucile saint-simon) y Ginette (Stéphane Audran).
Todas y cada una de ellas tendrá que lidiar con los hombres, el acoso callejero y los sermones del jefe quien se cree el padre o el dueño de ellas. Estas buenas mujeres son tratadas como objetos de deseo, no se les permite ser «descaradas», ambiciosas (así como sucede en la serie donde varias veces le echarán en cara a Peggy Olson anteponer el trabajo a las relaciones personales), ni tener deseos propios lejos de lo que rige el patriarcado.
Cada una de estas temáticas están impresas en Mad Men, la película de Chabrol fue filmada en el mismo año que retrata la primera temporada de la serie, el año 1960, donde las mujeres en el trabajo tratan de buscarse un lugar y que las tomen en serio más allá de sus cortas minifaldas o pronunciados escotes.
Así como en Les bonnes femmes y en Mad Men las mujeres padecen el tedio de la monotonía laboral, los deseos frustrados y la incomprensión por parte de un mundo completamente machista.
En la película el hombre de la motocicleta, representa a la mirada masculina, el hombre que acecha hasta conseguir a su presa. Este hombre termina con la vida de Jacqueline sin antes acusarla de haber confiado demasiado en un desconocido. Esta idea la podemos ver reflejada en casi todos los hombres que habitan la serie. Las mujeres no tienen ninguna opción, el tiempo parece terminar sólo para ellas, el reloj biológico se acaba y hay que ponerse el delantal y/o poner a calentar los biberones.
El plano final de la película es de una mujer que nunca vimos bailando con un hombre de espaldas, sobre esto Matthew Weiner dijo: “…mi secuencia favorita, una especie de postdata del film, es particularmente relevante para la serie ya que muestra a una mujer desconocida mirando directamente a la audiencia”. Esta mujer interpela al espectador, a los hombres, los desafía y les dice BASTA.
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El Cine según Mad Men 